2. VIDA ESCOLAR.
Julio
se levantó de la cama, eran las 6:00 am, tiempo perfecto para llegar a la
escuela a tiempo. Se puso frente a la puerta de su closet y le dio unos
pequeños toquecitos, por un momento pensó que lo de ayer había sido un terrible
sueño, pero regreso a la realidad cuando la puerta del closet se abrió.
— ¿Quién es?—dijo Ren desde dentro como si
fuera su casa.
—Pues quien más, yo necesito sacar mi uniforme—
al parecer si había sido real.
—No se encuentra— dijo Break.
—Solo a mí se me ocurre guardar a seres
mágicos en mi closet— se dijo a si
mismo.
Después de una larga discusión los mágicos accedieron a abrir la puerta
y a darle su uniforme. 6:45 y Julio salía corriendo de su habitación para
llegar a la escuela, dejando así solos al grupo de seres mágicos en su
habitación.
— ¿A dónde dijo que iba?—Pregunto Dana.
—A la escuela —respondió Break.
— ¿Su escuela se parece a la de nosotros?—pregunto
Beth.
—No mucho, pero tiene la misma función de
enseñar.
—Aquí las escuelas no son internados y tampoco
te mandan a misiones como en el mundo al que pertenecemos— aclaró Ris.
—… ¿El Cloax podría estar ahí?—dijo Andrax.
—Eso es cierto— dijo Ren— , el pasa mucho
tiempo en la escuela.
— ¡A investigar a la escuela!—dijo Dana.
—No tan rápido, no podemos ir como así, tenemos
que usar disfraces— dijo Ren.
Se
quedaron un minuto en silencio y después continuaron.
—Nosotros podemos transformarnos en sombras—dijeron
los obscuros.
—A mí nadie me vería, estoy muerto—dijo Break.
—Yo puedo ir con mi apariencia minina— dijo
Mara.
— Y yo… no tengo idea—dijo Ris.
— Yo si se— dijo Ren.
Por la mirada perversa de Ren se podría decir que Ris estaba apunto de
sufrir.
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— ¡Que me niego!—decía Ris frente al espejo.
— ¿Por qué?—dijo Ren.
—Por el simple hecho de que… que clase de
uniforme es este.
Lo
que habían hecho era conseguirle un uniforme de colegiala a Ris, así ella
podría entrar a la escuela de incógnita, pero
a ella no le parecía buena idea, pues estaba acostumbrada a usar el
deprimente uniforme de su escuela, negro y holgado, tanto de las mangas como de
la falda, y no pensaba andar por los pasillos de una escuela de humanos con una
faldita de cuadros azules y una blusa polo blanca.
—Es el uniforme que utilizan las chicas en este
mundo.
La
puerta se abrió, rápidamente los del
clan obscuro se transformaron en sombras, Break se quedo ahí parado, Ris se
metió al closet y Mara se metió debajo de la cama.
—Ya volví—dijo Julio entrando al cuarto.
Enseguida todos salieron de su escondite con excepción de Ris.
—Tenemos un plan —le dijo Ren.
— ¡Iremos a tu escuela!— dijo Dana toda feliz
tirándose a su cuello.
— ¿Por qué?
—Por que suponemos que como pasas mucho tiempo
ahí, el Cloax podría estar ahí— explicó Mara.
—En verdad están locos.
—Un poco —dijo Ren pensando que se refería al
resto del grupo y no a el.
—No falta una “Friki”–dijo Julio notando la
ausencia de Ris.
—En el closet — dijo Mara señalándolo.
— ¡Me niego a salir!—dijo ella desde ahí.
— ¿Qué le pasa?— pregunto el humano.
—No le tomes importancia, lo importante es que registraremos
tu escuela mañana—le dijo Ren.
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— ¡Gastas mi suela!—se quejaba Ris.
—Pues si caminaras no tendríamos que empujarte—dijo
Julio.
Julio
y Break arrastraban a Ris hacia la puerta de la escuela.
—No quiero ir.
Una maestra vio a ambos en la entrada y se
detuvo frente a ellos.
—Buenos días julio—dijo aquella maestra.
—Hola—dijo Julio.
Break se sentía raro, porque parecía que la
maestra hablaba con el, sin embargo el estaba consiente que no lo veía.
— ¿Quién es ella?
—Es…
—Soy su prima A…— Ris no sabia que decir y lo único
que hacia era jalarse las trenzas que se había hecho esa mañana en el cabello.
—Abril.
—Tú has de ser la chica de intercambio, los
veré a ambos en el salón de clases, nos vemos— y tras decir esto la maestra se
fue.
— ¿Abril?
—Fue lo Primero que se me ocurrió.
—Claro y
¿Mayo donde esta?— le respondió sarcásticamente Ris.
—Solo camina—
le dijo Julio.
En
la mañana, antes de entrar a aquella institución los del clan obscuro ya habían
registrado a Ris en la escuela como una estudiante de intercambio, la habían
registrado con otro nombre, pero como paso lo de la que chocaron con la maestra,
Ris tuvo que agitar su barita para cambiar su nombre en el registro.
Todos
ya sabían qué hacer y por donde revisar, los del clan obscuro revisarían por el
patio, yendo de sombra en sombra. Mara revisaría el pasillo, Break el techo y
las oficinas y Ris los salones.
Ris esto al salón en compañía de Julio, Break se había dirigido a las
oficinas a hacer su parte del trabajo.
—Hola—los saludo un compañero de julio— ¿Quién
es ella?
—Es mi prima Abril.
—Hola Abril, me llamo Ramiro.
—Hola—dijo ella en seco, la cara de aquel chico
le parecía muy familiar, los ojos cafés, el cabello lacio y café que le cubría
la frente, la forma de la cara, todo le parecía familiar, pero no podía ser esa
persona quien creía, el había desaparecido años atrás, no podía está ahí y si
era el ¿qué estaba haciendo ahí y por que?
—Es un poco tímida—dijo Julio.
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Las sombras seguían buscando por el lugar. Break se encontraba en la
oficina, pero se había topado con una sorpresa, otro fantasma como él. Pero
este fantasma digamos que era un viejo conocido de Break.
— ¿Lalo?—dijo este.
—Hola, que sorpresa verte…—dijo Break.
—No te había visto desde…ya sabes aquel día—dijo
el fantasma.
—Si, por eso ahora me dicen Break.
—¿Enserio?
—Si.
—Y ¿ Que haces aquí?—Le pregunto su viejo amigo.
—El distrito de almas me eligió para una misión—explicó
Break—Y ¿ tú qué haces aquí?
—Yo igual estoy en una misión.
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Mara caminaba por los pasillos
investigando su parte. Estaba feliz, como de costumbre, pero hoy en especial, porque sabía que estaban
cerca del Cloax. Escucho un par de voces familiares en uno de los salones,
camino lentamente hacia él en lo que no se perdía la plática.
—¿Seguro que no saben que estas con nosotros?—decía
una voz masculina que Mara sabia que ya la había escuchado alguna vez en su
vida.
—Si—afirmo la voz femenina que Mara reconoció—.
Ellos… no tienen ni idea, son crédulos— dijo con temor aquella voz.
—La orden del dragón te agradecerá esto—al
escuchar esto Mara se asusto.
—Lo sé, por los obscuros no hay problema, creen
totalmente en mi, el fantasma es medio tarado al igual que el gato y esa bruja
es torpe—Mara se hirió al escuchar esto.
La
campana sonó y Mara escucho a ellos despedirse, rápidamente se metió a la
puerta más cercana para que no la vieran. Si sus oídos no le fallaban alguien
los estaba traicionando, uno de las chicas del clan obscuro para ser más
específicos. Tenía que decírselo a Ris, pero ¿dónde podría estar?
Horas
más tarde cuando las clases terminaron, todos se reunieron en la entrada de la
escuela para reportar lo que vieron.
—No encontramos ninguna pista—dijo Ren.
—Yo tampoco—dijo Break.
—Ni yo—dijo Mara mordiéndose el labio para no
decir nada de lo que había escuchado mientras caminaba por el pasillo.
—Yo menos—dijo Ris.
—Y ¿qué van a hacer?—preguntó curioso Julio.
De
una de las dos trenzas del cabello de Ris, esta saco su varita mágica la cual
agito y la convirtió el una escoba mágica voladora.
—¡Iremos a la escena del crimen!—Informó Ris.
—¿Tuviste tu varita en tu trenza todo este
tiempo?—preguntó Julio .
—Sí, que no es obvio, ¿Para qué más podrían servir?
Los del clan obscuro empezaron a saltar de edificio en edificio como si
estuvieran volando, Break se elevo y empezó a volar por lo aires hacia la misma
dirección que los del clan obscuro. Ris ayudo
a Mara a subir a su escoba y se elevaron un poco del suelo. La bruja
volteo a ver al humano que solo se les había quedando viendo.
— ¿ Piensas en ir en camión o te subes?— le
preguntó.
—El camión no suena mal— dijo este con
sarcasmo, porque no pensaba tomar ni un camión.
Ris
se tomo en serio su comentario y se elevo más del suelo.
—No, espera— la detuvo—. ¿Qué acaso no conoces
el sarcasmo?
— Humanos, ¿quién los entiende?—le dijo la
bruja a su gata , mientras baja la escoba para que el humano se suba.
Después de un rato, Julio logro subirse en la escoba, no muy seguro de
lo que estaba haciendo. Cuando Ris se elevo un poco este se aferro al palo de
la escoba lo mas que pudo. Ris se elevo un poco más, Julio sintiendo el miedo
recorrer todo su cuerpo cerró los ojos , cuando los abrió se encontraban
volando muy alto sobre la cuidad, con mucho trabajo se podían ver los coches y
ni hablar de las personas.
—El humano tiene miedo—lo fastidió Ris.
—Un poco —dijo este.
—Hay no importa, Ris igual lo tuvo la primera
ver que se subió a una de estas—informó Mara.
—Ahí es—dijo Ris cambiando de tema.
Ris
inclino un poco la escoba y poco a poco sus pies fueron rosando con el suelo.
Bajaron de la escoba y Ris la volvió a convertir en varita mágica para
guardarla en su trenza de nuevo. Los del clan obscuro al igual que Break estaba
ahí, esperándolos.
Se
encontraban en un parque, caminaron unos metros más y se toparon con una calle
inundada de autos que iban a toda prisa. Debían cruzar al otro lado de la calle
y cuando los autos pararon todos cruzaron corriendo, a excepción de Andrax y
Break. Se separaron en equipos, Julio con Break, Andrax con Ren, Dana con Beth
y Ris con Mara.
—Ris, tengo que contarte algo—le susurró la
gata cuando ya estaban solas.
—¿Qué?—
—Cuando iba por los pasillos de la escuela, me
tope con un par de voces familiares que hablaban entre si — empezó a explicar
la gata—. Estoy completamente segura de que una de ellas era de una de los obscuros que hablaba con
alguien más, un hombre.
—¿Platicaban algo malo?
—Sí, aparte de decir que era media tarada— dijo
esto en tono agresivo— dijeron algo de que la orden dragón se lo iba a agradecer
y que nadie sospecha de ella— continuo en tono serio.
—Entonces, no podemos confiar en ninguna de
ellas—dedujo Ris.
—Eso supongo.
—Sera mejor que solo confiemos en nosotras dos.
—Y Julio.
—Sabes que no confió en los humanos desde
nuestra última visita.
—Lo se —recordó la gata—Pero es que julio, es
tan lindo que…. Olvida lo último que dije.
—No te preocupes, olvidado.
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Dana y Beth caminaban buscando alguna pista, pero no encontraban nada.
—Ya me canse—se quejo la pelinegra sentándose
en una banca que había por ahí.
—Pero no hemos ni siquiera comenzado—dijo la iniciada.
—Pero ya me canse.
—Tenemos que encontrar el Cloax antes que nadie—le
recordó Beth.
—No puede ser después de un siestecita— y Dana
cerró los ojos.
—No, es ahora—le dijo picándola suavemente para
que se despierte.
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—Break, ¿Puedo preguntarte algo?—le dijo el
humano.
—Claro amigo.
— ¿Cómo se siente…morir?—le preguntó entre
cortado.
—No es algo de lo que me guste hablar, pero te
contare solo por ser mi amigo: no lo recuerdo.
—¿Cómo?
—Lo único que recuerdo fue que aparecí en una
oficina de registro, llene unos papeles y ya, es todo—dijo con sinceridad.
—Y ¿Cómo moriste?
—Puedes guardar un secreto—le dijo el fantasma
—Claro.
—En verdad, mi nombre no es Break, ese fue el
apodo que me dieron por mi muerte. Mi familia no tenia mucho dinero y viva en
esta misma ciudad . Una noche yo y unos amigos intentamos robar una joyería, en
medio de nuestra escapatoria la policía nos acorralo y en un intento
desesperado por salir de ahí, atravesé una ventana. En ese instante morí. Lo
siguiente que vi fue una oficina, la oficina de registro del distrito de animas.
—Lo lamento.
—Yo también y no sabes cuánto me arrepiento de
haber intentado robar esa joyería.
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—…No está—dijo Andrax.
—Lo se, pero no nos daremos por vencido—dijo
Ren con optimismo.
—…Si eso es lo que piensas.
—Eres muy seria.
—… y tu muy alegre.
—Pero lo suficientemente inteligente para
encabezar esta misión.
—…En eso concuerdo contigo.
Una hora más tarde todos se reunieron en un punto acordado y dijeron lo
que encontraron: nada. Un poco enojados regresaron a la casa todos de la misma
forma. Pero Ris, Mara y Julio habían tenido un pequeño accidente.
—El humano tiene miedo—se burlaba continuamente
Ris.
—No tengo miedo…. —Julio vio el suelo—. Tal vez
un poco.
—No te preocupes se cómo podemos quitártelo—comento
Ris sujetándose fuerte del palo de la escoba al igual que su gata.
—¿Qué vas a hacer?...—pregunto Julio.
—Solo sujétate fuerte.
La
brujita realizo piruetas en el aire, dejándolos boca abajo por muchos tiempo,
dando vueltas sin parar y subiendo y bajando como en una montaña rusa. Después,
ya mareados la bruja decidió seguir con su trayectoria sin hacer tantas
piruetas.
—Creo que voy a vomitar—dijo Julio.
—Asco—le dijo Mara.
Minutos después atardecía y una parvada de pájaros cruzo entre ellos
mandándolos a dar mil vueltas más. Desconcertado por los pájaros, julio cayo de
la escoba a 4m del suelo, sorprendentemente cayendo en un árbol.
— ¡Dios mío te lastimaste!—le grito Mara desde
arriba.